Situado en la Carrera de Jesús, el Torreón de los Condes de Torralba es un resto visible de la antigua muralla que cobijaba a la ciudad de Jaén. Si vas a visitar el camarín o la catedral te recomendamos que te pares a verlo.
Historia del Torreón Conde de Torralba
Antes de nada, debemos tener en cuenta que la función de las murallas era la de proteger la ciudad de pueblos enemigos. Pero en el siglo XIX, las murallas perdieron su utilidad ya que se empezaron a desarrollar nuevas técnicas bélicas en las que las murallas no ofrecían protección alguna.
Si a eso le sumamos que suponían un obstáculo al crecimiento de la ciudad o que fomentaban la insalubridad de los barrios intramuros, las murallas pasan a percibirse como un problema. Por eso, en la mayoría de ciudades europeas, estas se empiezan a derrumbar y hoy en día, pocas ciudades conservan sus murallas.
Por suerte, en Jaén siguen existiendo algunos restos de muralla, entre ellos, el Torreón Conde de Torralba.
Entre los siglos XIV y XV, este torreón fue el más sobresaliente de la muralla de la ciudad, con una altura de 17 metros y una planta de 7 x 5,9 metros, cubría la defensa de un tramo de adarve (un adarve es un camino estrecho situado sobre una muralla). Está hecho de sillería.
Su nombre se debe, a que en espalda a él estaba el jardín y la casa señorial del Conde de Torralba levantada a principios del siglo XVI, en lo que hoy en día es el colegio Santo Tomas.
En 1973, se restauró junto con un tramo de 28 metros de muralla, bajo la dirección del arquitecto jiennense D. Luis Berges Roldán. Gracias a eso, actualmente presenta un estado impecable.
¿Merece la pena verlo?
Definitivamente. Ya que es muy probable que visites al abuelo o a la catedral, así que puedes acercarte ya que el Torreón Conde de Torralba está muy cerca. Además es un sitio perfecto para ver las dos torres de la catedral y para hacer fotos.
