Castillo de Santa Catalina

Castillo de Santa Catalina
VERANO (16 jun - 15 sep) Lunes a Sábado 10:00 - 14:00 y 17:00 - 21:00 Domingos 10:00 - 15:00 Festivos y domingos vísperas de festivos 10:00 - 14:00 y 17:00 - 21:00 INVIERNO (16 sep - 15 jun) Lunes a Sábado 10:00 - 18:00 Domingo 10:00 - 15:00 Festivos y domingos vísperas de festivos 10:00 - 18:00 El último pase se realiza 30 minutos antes del cierre aunque para visitar el castillo al completo se necesita más o menos 1h
Carretera al Castillo y Neveral, s/n
Precio del acceso: General individual 3.50€ Grupos de 10 o más personas: 2.50€ por persona Jubilados, mayores de 65 años, niños de 4 hasta 12 años, personas con diversidad funcional, familias numerosas y estudiantes: 1.50€ Grupos de pensionistas o jubilados de 15 o más personas: 1€ por persona Centros educativos: 1.50€ por persona Grupos de centros educativos en Enero, Febrero y marzo de 15 o más personas: 1€ por persona Nocturnas individuales: 8€ Nocturnas grupos de 15 o más personas: 6€ por persona Entrada gratuita Miércoles de 15:00 a 18:00 (INVIERNO) y miércoles de 17:00 a 21:00 (VERANO)
¿Hay que pedir cita previa?: No

El Castillo de Santa Catalina es una de las herencias más importantes de la cultura hispano árabe en la ciudad de Jaén. Aunque sus orígenes son islámicos, tras la conquista cristiana fue reforzado por mandato del rey Fernando III.

Historia del Castillo de Santa Catalina

Época musulmana: la alcazaba y el alcázar

Los musulmanes son los encargados de llevar a cabo la primera fortificación que se construye en el cerro. Ellos construyen una alcazaba (recinto amplio y fortificado en el que vive gente, parecido a una ciudad) que en el siglo X se sustituye por un alcázar defensivo (es un castillo o palacio en el que vive un príncipe).

La Reconquista cristiana

Cuando los cristianos conquistaron este territorio, Fernando III mandó construir una fortaleza en la parte más alta del antiguo alcázar. El alcázar construido por Fernando III era más pequeño que el anterior pero poseía mayor poder defensivo. A este alcázar se le llamó Alcázar Nuevo. En este periodo conviven 3 construcciones, el alcázar nuevo, el alcázar viejo o los restos del antiguo alcázar musulmán y el castillo de Abrehuí (un reducto amurallado de origen musulmán).

El castillo durante la Invasión Francesa

Durante la invasión francesa, entre 1810 y 1812, Napoleón estableció aquí la mayor base del ejército en el Alto Guadalquivir. Para ello, hizo grandes reformas. Finalmente, cuando este se retira del territorio, destruye gran parte de estas reformas llevadas a cabo anteriormente, dañando muchas partes de la estructura.

El Castillo en la actualidad

A mediados del siglo XX, se intenta recuperar el esplendor este castillo llegó a tener. Por eso, se empiezan a realizar obras de restauración y además, se construye un parador de turismo.

Estructura del Castillo de Santa Catalina

La fortaleza que hoy podemos ver se compone de seis torreones que encierran un patio de armas. En este lugar, se encuentra un Centro de Interpretación de la fortaleza y la ciudad.

La cruz del castillo, el mejor mirador de Jaén

A unos 5 minutos del castillo, caminando por un bonito sendero, encontramos sin duda el mejor mirador de la ciudad. Desde este podemos admirar sin ningún problema toda la ciudad de Jaén y algunos de sus monumentos como la Catedral, el Palacio de Villardompardo o las iglesias de la ciudad. Por si eso no fuese poco, se pueden llegar a ver otros municipios y una gran cantidad de montañas. Gracias a esto, este lugar es muy visitado.

¿Por qué el castillo se llama así?

El nombre viene de un sueño que Fernando III tuvo mientras intentaba conquistar Jaén. Cuando estaba a punto de rendirse ya que no conseguía conquistar la ciudad, soñó que Santa Catalina de Alejandría le mostraba las llaves de la ciudad, lo cual Fernando interpretó como que no debía rendirse. Al día siguiente, los musulmanes entregaron la fortaleza, por lo que Fernando III nombró a Santa Catalina como patrona de la ciudad, poniendo además su nombre en el castillo. 

Posteriormente Fernando III construiría una parroquia con el mismo nombre.

La muerte de la amante de Condestable Iranzo

Según cuenta esta leyenda, Condestable Iranzo tenía una amante musulmana. Su amor era correspondido así que decidieron casarse. Pero, Condestable tuvo que ir a una batalla y los súbditos se pusieron celosos de la joven, ya que, creían que Condestable se había olvidado de ellos. Por eso, cuando la muchacha estaba embarazada, los súbditos decidieron violarla y quemarla.

Se dice que sus gritos aún se escuchan y que incluso, los muebles de la habitación donde este terrible hecho sucedió, se mueven.

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