Lavadero Fuente de la Peña
La Fuente de la Peña es un nacimiento natural de agua ubicado a los pies del Cerro que le da nombre (La Peña), en las afueras del barrio de la Glorieta, dirección Jabalcuz.
El manantial de la Fuente de la Peña servía para abastecer de agua los cultivos de los agricultores de la zona. El lavadero fue construido a principio del siglo XX, en el año 1906, cuando las mujeres de la época acudían por las mañanas a lavar su ropa.
El espectro de la Fuente de la peña
La oscuridad de la noche se apoderaba de la capital del Santo Reino, el resplandor de una hermosa y brillante luna iluminaba el camino de un arriero que, junto a sus mulas, regresaba de Los Villares.
A la altura de la Fuente de la Peña le pareció oír los llantos de un niño. El arriero pensó que podía ser el hijo de alguna de las mujeres que frecuentaban el lavadero, donde cada mañana acudían para lavar la ropa.
El arriero se sumergió en la opacidad del lugar con el fin de buscar el origen de aquellos desesperados llantos. Sus sospechas se confirmaron, era un niño de unos dos o tres años de edad. Lo cogió en brazos y trató de tranquilizarlo. Una vez dejó de llorar, lo montó en una mula y continuó su camino hacia Jaén.
Entrando al barrio de San Felipe, el arriero empezó a notar cómo las mulas se mostraban cada vez más fatigadas. Parecía que un gran peso sobre el lomo lastraba el trazo de su caminar. El arriero, extrañado, volvió la mirada para ver qué le ocurría a sus mulas. Éste, sorprendido, se encontró con que el niño se había convertido en un gigantesco monstruo, una criatura con un rostro terrible y unos enormes dientes, que con cierta sonrisa irónica le preguntó:
– ¿Tienes dientes como yo?
El arriero, pese a ser un hombre valiente y atrevido, bajo de su mula de un salto y, sin preocuparse de su ganado, los cuales se desperdigaron por las calles y caminos de la zona, salió corriendo mientras se santiguaba.
FIN.
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