Imagínate: Es 28 de febrero, te levantas por la mañana, te vas directo al salón y pones Canal Sur. Como es normal, están hablando del Día de Andalucía; de su historia, de su bandera, su himno. Tú en realidad ya te sabes toda la historia y Blas Infante ya es como un hermano para ti. Le das un bocado a tu tostada con tomate, aceite y jamón, y te preguntas cómo puede ser que algo tan simple esté tan rico y pueda sentirse tanto de tu tierra. Pero, ¿alguna vez te has preguntado de dónde viene uno de los manjares de nuestra gastronomía: el Desayuno Andaluz? ¡Acompáñanos para descubrirlo!
La historia del desayuno andaluz
En Andalucía, esta forma de comenzar el día tiene raíces que se hunden en la historia, remontándose a cientos de años atrás. Esta costumbre se originó con los jornaleros, que necesitaban fuerzas para afrontar su jornada laboral trabajando en el campo.
No había tiempo para lujos ni grandes preparaciones, así que hacían uso de lo que tenían más a mano. Su desayuno era sencillo, pero era más que útil para llenarse de energía: una rebanada de pan robusto, como el candeal o el tierno mollete antequerano, bañada en un generoso chorro de aceite de oliva. A veces, le añadían un toque dulce con una pizca de azúcar o, para los que preferían algo más salado, un poco de sal era suficiente.
Foto: Diario de Sevilla
Pero la versatilidad de este desayuno no se quedaba ahí. Cuando la ocasión lo permitía, los jornaleros le echaban al pan un poco de tomate fresco o manteca colorá, una deliciosa mezcla de trozos de carne de cerdo y pimentón que está ‘pa chuparse los deos’. Y en días especiales, incluso podían disfrutar de un toque de ajo en su pan con tomate o una loncha de jamón, que aunque hoy en día sea algo que podemos tener al alcance de la mano, era un verdadero lujo para esos tiempos.
Foto: Electrocosto
El desayuno andaluz en la actualidad
Con el paso de los años, esta tradición se ha ido transformando. Las tostadas andaluzas, antes símbolo de un desayuno humilde y energético, ahora son un plato común en muchas casas de toda España. Acompañadas de leche, zumo o café, estas tostadas se disfrutan en diversas variantes. La más popular incluye pan tostado con tomate triturado, ajo, aceite y sal.
Hoy en día, el desayuno andaluz con aceite y azúcar o chocolate, aunque menos frecuente, sigue siendo un símbolo importante en Andalucía, especialmente entre los estudiantes que lo disfrutan durante la celebración del día de Andalucía (para más de uno, este era su día favorito).
Foto: La Voz del Sur
Así, el desayuno andaluz no es solo una forma de empezar el día, sino un pedacito de historia, una tradición que nos conecta con el pasado y nos recuerda la sencillez y la riqueza de la cocina de antaño.