En estos últimos días, el debate por el futuro del olivar ha estado muy presente. Sus trabajadores están trabajando muy duro para, principalmente, abaratar los costes de producción y, con esto, llega una noticia que puede ser tranquilizadora para el futuro de los agricultores.
Investigadores de la Escuela Politécnica Superior de Linares de la Universidad de Jaén están desarrollando un proyecto denominado OLIVEN para conseguir la eficiencia energética en el proceso de producción del aceite.
En este proyecto, dirigido a la agricultura en el Mediterráneo, no solo participa la Universidad de Jaén, también colabora el Instituto del Olivar, el Ministerio de Agricultura de Túnez y el Instituto de Aceite de Oliva de Turquía.
En el proceso de producción del aceite de oliva virgen se generan una variedad de subproductos que no se aprovechan y acaban convirtiéndose en residuos (hueso, alperujo, hoja) sin tener en cuenta las podas del olivar. Esto se resume a que de cada 100 kilos de cosecha, más de 80 kilos acaban siendo descartados y dando lugar a estos residuos, que al final vienen a significar un coste mayor de tratamiento de residuos.
La idea de base de este proyecto, que en este momento se encuentra al 50%, es calcular las emisiones de CO2 que emana la producción del aceite con el método de producción actual. Con estos resultados se pretende «proponer la creación de nuevas tecnologías renovables y alternativas que utilicen los residuos de la propia producción del aceite para, así, autogenerar energía eléctrica y térmica en las propias almazaras o cooperativas» Lo cual sería una solución perfecta que además de reducir costes sería totalmente ecológica y eficiente.
Para demostrar el proyecto, se está construyendo una central de gasificación en Mengíbar donde podrán llevar a cabo los resultados de su investigación. Este proyecto finalizará a mediados de 2021 y cuenta con financiación europea.
¡Jiennenses, el olivar tiene mucho futuro por delante!