En las entrañas de Jaén, entre sus callejones empedrados y sus plazas, se oculta la esencia de la historia: la Leyenda del Abuelo de Jaén. Este misterioso personaje ha sido el protagonista de incontables relatos que han perdurado a lo largo del tiempo. Su origen es incierto, pero una antigua y popular narración ha intentado arrojar luz sobre su milagrosa presencia en nuestra ciudad. Seguramente has escuchado hablar de este relato en algún momento, pero permítenos recordarte los detalles de esta fascinante historia.
¿Cuál es la leyenda?
En el crepúsculo de una tarde, hace ya siglos, un venerable anciano llegó a una casería en las afueras de Jaén. Se presentó como un peregrino que recorría el mundo para satisfacer sus devociones y expiar sus culpas. Con humildad, rogó al matrimonio de caseros que cuidaban de la hacienda que lo acogieran bajo su techo por aquella noche, a lo que accedieron con cristiana hospitalidad.
En el trascurso de su estancia en este lugar, el anciano vio un tronco de grandes dimensiones con el que quedó maravillado. Pidió a los caseros que no le interrumpieran durante la noche y se encerró en su dependencia.
Una vez amanecido y al observar que avanzaba el día y el anciano huésped no daba señales de vida, luego de sucesivos intentos de fisgar por las rendijas de la puerta y de aguzar el oído sin escuchar rumor alguno, se forzó la puerta de la estancia, advirtiendo con sorpresa que el anciano había desaparecido y que en el centro de la habitación resplandecía una conmovedora imagen de Jesús Nazareno.
Se aceptó tan prodigioso hecho por milagro, llevando la imagen al convento de las Carmelitas Descalzas, donde pronto fue centro de la devoción de los fieles. Y en recuerdo del prodigio a la casería se la empezó a conocer por “Casería de Jesús”.
Ahora que ya conoces esta historia , ya puedes hacerte una idea de por qué es conocida esta figura como «El Abuelo»… ¡Exacto! Porque el escultor de esta figura en la leyenda del Abuelo de Jaén era un hombre mayor.
Estas historias, entrelazadas con la trama de nuestra ciudad, nos recuerdan que en cada rincón de Jaén, el misterio aguarda.
¡Que viva Nuestro Padre Jesús, El Abuelo!