El escenario se ilumina con una luz cálida y suave, y el silencio expectante llena la sala. Es un momento de reverencia y gratitud, un homenaje sincero a la incomparable Carmen Linares. Su voz, rica en matices y emociones, ha tocado los corazones de generaciones y ha dejado una huella imborrable en el mundo del flamenco.
En este homenaje a Carmen Linares, celebramos su vida y su legado artístico. Sus letras han expresado pasión, dolor, amor y alegría, y su presencia en el escenario siempre ha sido una muestra de elegancia y autenticidad.