El día de los inocentes es bien conocido por todos como el día en el que tenemos que estar alerta para evitar que nos gasten alguna que otra broma pesada. Pero, ¿de dónde viene esta curiosa tradición?
Su origen no está del todo claro, así que os contamos las dos teorías más extendidas:
1) La Fiesta de los Locos o del Obispillo
Esta fiesta se celebraba en la Edad Media, entre Navidad y Año Nuevo.
Durante estos días, todo estaba permitido. Y algo muy común era que los clérigos cantaran canciones obscenas y sarcásticas para reírse de los sacerdotes.
También escogían a un obispo o papa de los locos, se colocaban su ropa al revés y hacían procesiones hacia atrás. Se cree que la finalidad de esto era mostrar las injusticias que se vivían dentro de las iglesias a través de la sátira y el humor.
Así que, para controlar estas bromas que no sentaban muy bien a los obispos, se empezó a conmemorar durante esta fiesta la Matanza de los Inocentes. En esta, el rey Herodes I al enterarse del nacimiento de Jesús en Belén, mató a todos los niños menores de 2 años de esta ciudad para evitar que el recién nacido le quitase poder.
Foto de la página web “wikipedia.org”
2) La Saturnalia
Entre el 17 y el 23 de diciembre, todos los romanos dejaban de lado la seriedad y los modales para vivir la fiesta más divertida y desenfrenada de todo el año. Aunque la finalidad de la Saturnalia era conmemorar el final del año, todo estaba permitido durante esos días, incluida la desobediencia a las normas sociales.
Era común que los amos se quitaran su toga y se colocaran el gorro que usaban los esclavos, y además los esclavos eran los que se sentaban a la mesa y eran servidos por los amos.
Pero cuando el imperio romano cayó, todas las fiestas que los romanos celebraban se cristianizaron, es decir, se les dio un origen cristiano. Por eso, la Saturnalia se movió al 25 de diciembre, el día en el que nació Jesús aunque la costumbre de hacer bromas se ha mantenido hasta nuestros días.
Foto de la web “antiguaroma.com”
Sea cual sea el origen de esta curiosa fiesta, debemos prestar atención si no queremos caer en ninguna broma. ¡Disfrutemos de este día!
