Durante 57 años, en pleno corazón de Jaén, se alzó un símbolo que marcó a generaciones enteras de aficionados: el Antiguo Estadio de la Victoria. Mucho más que un campo de fútbol, fue la casa del Real Jaén Club de Fútbol desde 1944 hasta 2001, un fortín donde se vivieron alegrías, derrotas, gestas históricas y miles de recuerdos compartidos.
En el corazón de Jaén
Ubicado en la calle Virgen de la Cabeza, en el barrio de La Victoria, el estadio fue propiedad del Ayuntamiento de Jaén y tenía capacidad para 11.500 espectadores. Su césped natural medía 103 x 68 metros, convirtiéndolo en uno de los más pequeños de las ligas nacionales. Eso, junto a la cercanía de las gradas al terreno, generaba un ambiente imponente para los rivales.
Las gradas no eran el único lugar desde donde se vivía el fútbol: muchos vecinos seguían los partidos desde las azoteas del Colegio El Almadén o desde los pasillos de la Escuela Politécnica Superior, con vistas privilegiadas al terreno de juego.
Una historia de pasión y gloria
Antes de levantar este templo futbolero, el fútbol jiennense tuvo como escenario la plaza de toros de la Alameda o el campo de Peñamefecit. No fue hasta el 29 de octubre de 1944 cuando el Antiguo Estadio de la Victoria abrió sus puertas con un empate 2-2 entre la Olímpica Jiennense (nombre inicial del Real Jaén) y el Algeciras CF.
La edad dorada: los años 50
Los años cincuenta fueron la época dorada del club, con dos ascensos a Primera División (1953-54 y 1956-57). Por el estadio pasaron leyendas como Alfredo Di Stéfano, Kopa, Gento, Kubala o Luis Suárez enfrentándose al Real Jaén en tardes que aún laten en la memoria de los aficionados.
Modernización y noches de luz
En 1966, el estadio estrenó iluminación artificial con un amistoso ante el Atlético de Madrid. Las torretas, traídas del antiguo Estadio Metropolitano, marcaron un antes y un después. El saque de honor lo realizó el torero Sebastián Palomo Linares, en un acto simbólico que reflejaba la unión entre cultura, deporte y ciudad.
En 1997, el estadio fue remodelado, pero mantuvo su carácter: un lugar estrecho, ruidoso y lleno de alma.
El final de una era
El último partido oficial en el estadio fue el 17 de junio de 2001, con una derrota ante el Real Betis (0-2) que certificó el ascenso de los sevillanos a Primera División. El cierre simbólico llegó semanas después, el 15 de agosto, en un amistoso contra el Sevilla FC durante el Trofeo del Olivo, con victoria jiennense por 3-1. Pepelu fue el autor del último gol en el estadio.
En agosto de ese mismo año, Julio Iglesias ofreció el último evento no deportivo, poniendo el broche a una historia irrepetible.
Adiós al cemento, hola al comercio
En abril de 2005, el Antiguo Estadio de la Victoria fue demolido, junto a la Escuela Politécnica, para dar paso a un nuevo paisaje urbano: El Corte Inglés, el parque y el gimnasio ocupan hoy aquel terreno que tantas emociones albergó.
Anécdotas y legado
Una de las figuras más queridas del estadio fue Manolo Álvarez, jardinero que llegó en 1945 para sembrar el césped y acabó siendo una de las figuras más queridas tanto dentro como fuera de Jaén. Como él, muchos trabajadores y aficionados vivieron su vida ligada a esas gradas.
El estadio también fue testigo del histórico descenso del Atlético de Madrid a Segunda División en la temporada 1999/2000, en lo que se conoce como su “año en el infierno”.
Un nombre que aún vive
Aunque el estadio físico desapareció, su nombre sigue vivo en el Nuevo Estadio de la Victoria, inaugurado el 29 de agosto de 2001. El primer partido oficial allí fue una victoria del Real Jaén por 3-1 ante el Poli Ejido.
La esencia del antiguo estadio sigue presente en cada rincón del nuevo recinto y en la memoria de quienes alguna vez gritaron un gol en la grada.
Las leyendas del Real Jaén
Un símbolo imborrable
El Antiguo Estadio de la Victoria fue un lugar de encuentro, un referente emocional y un símbolo de la identidad jiennense. Aunque hoy sus gradas ya no rugen, el eco de aquellas tardes gloriosas sigue vivo en la memoria colectiva de una ciudad que nunca olvidará su antiguo fortín.