Jaén y Los Santos, tradición en la provincia jiennense

Jaén y Los Santos, tradición en la provincia jiennense

Haciendo gala de la época del año en la que nos encontramos, los panteones y nichos de los dos camposantos de Jaén, el de San Eufrasio y el de San Fernando, se están vistiendo de niebla y la lluvia, va a protagonizar estos días.

En Jaén, los Santos tienen su propia gastronomía: nos recuerdan el sabor de las tradicionales migas y las ya difíciles de encontrar, gachas caseras. No se nos ocurre mejor momento para calentar el cuerpo en torno a la chimenea, rodeados de familiares y seres queridos y recordar las tradiciones que caracterizan esta festividad en nuestra provincia de Jaén.

En las tierras de Jaén al comienzo de noviembre, los jiennenses descansaban del campo y preparaban lo necesario para la campaña de la aceituna. En Baños de la Encina, durante tres o cuatro días tienen costumbre de reunirse en pandillas en el campo, incluso quedándose a dormir, ya que lo preferían a estar toda la noche escuchando las campanas doblar; aunque la verdadera razón es que también, huyendo de la solemnidad de la tradición de algunas zonas, muchos eran los hombres que salían de cacería.

En Begíjar, entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre, la tradición es tapar con gachas las cerraduras de las casas para impedir la entrada a los malos espíritus. En los hogares iluminan el camino a las ánimas de los difuntos con mariposas de aceite en las ventanas.

La noche del 1 de noviembre, es muy típico, en el municipio de Los Villares, cenar en familia las comidas tradicionales de esta fiesta; pescado frito  y como postre, unas gachas, unos buñuelos de viento, huesos de santo, ensaladilla de membrillo, calabaza, batatas asadas e incluso alguna que otra castaña asada. En Bélmez de la Moraleda, es costumbre poner un mantel sobre la mesa, mientras se reza el Rosario y encima un cuadro de las Benditas Ánimas. 

También es una costumbre popular de Jaén, la visita a la tumba del Santo Custodio en la localidad de Noalejo y en la zona conocida como Hoya del Salobral. Una multitud de personas de distintos lugares, incluso provinientes de Granada, se acercan hasta la tumba del Santo Custodio, situada a la entrada del cementerio de Noalejo. Le llevan flores, velas y oraciones ante la tumba de alguien a quien la piedad popular, no exenta de superstición, ha canonizado. Es tiempo de visitar a visionarias y adivinas y de realizar la procesión de Ánimas como la que se hacía antaño en Santiago de la Espada.

¿Cómo tenéis costumbre de celebrar el Día de Todos los Santos en casa? ¡Cuéntanoslo!

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