La Asociación para el Desarrollo Rural de Sierra Mágina junto con los Ayuntamientos de la Comarca de Sierra Mágina, ponen en marcha por segundo año consecutivo el Proyecto ENGANCHADAS POR UN HILO. Este proyecto que ha sido impulsado por la ADR dentro del Convenio de Cultura y Deportes, en la comarca de Sierra Mágina en Jaén.
La iniciativa «Enganchadas por un hilo», dio comienzo con unas cuantas personas con la intención de adornar la plaza del pueblo para una obra de teatro que hicieron con la Asociación Entre Culturas en Cambil.
Hablamos con Inés Molina, una vecina de Cambil, una de las precursoras de este movimiento: «La idea del ganchillo salió de un curso de memoria que nos impartió una muchacha de Mancha Real, llamada Lorena, en el centro Guadalinfo del pueblo, por medio de Maribel López Rueda. Empezamos unas cuantas personas con la intención de adornar la plaza del pueblo para una obra de teatro local, que hicimos en la Asociación Entre Culturas, hace un año y medio más o menos. Un día nos llamaron de la oficina ADR para preguntarnos si queríamos seguir haciendo labores para crear así un árbol de navidad junto con todos los pueblos de la comarca de Sierra Mágina y nos pusimos al lío… como ya teníamos mucho hecho y además ya se unieron más convecinas pues, ¡este es el resultado! Al principio incluso el Ayuntamiento nos facilitiba la lana y luego ADR también; gracias al esfuerzo de todas, el apoyo de los ayuntamientos y la ADR, se ha hecho posible esta iniciativa».
Y este segundo año ya son más de 600 mujeres de los municipios de Bedmar, Bélmez de la Moraleda, Garcíez, Cabra del Santo Cristo, Cambil, Arbuniel, Campillo de Arenas, Carchelejo, Carchel, Huelma, Solera, Jimena, Jñodar, La Guardia, Larva, Noalejo, Pegalajar y Torres las que se han encargado de adornar sus calles mediante sus labores relacionadas con los bolillos, el crochet, el ganchillo, etc.
Las tiras con el lema de ‘Mágina mágica’ adornan cada uno de los pueblos de la comarca, poniendo en valor la cultura y la tradición que habita en cada uno de sus hogares. «Las manualidades, como por ejemplo los bolillos, – confiesa una de las bolilleras- nos han servido durante el confinamiento para tener la mente ocupada y olvidarnos un poco de lo que había fuera. ‘Enganchadas de un hilo’, en este sentido, nos ha venido muy bien a todas».
La recuperación de las tradiciones de las zonas rurales ha de ponerse en valor viendo el gran beneficio que repercute tanto en el atractivo de los pueblos que se sirven de éstas, como en la comunidad y participación que fomenta entre las personas que las habitan.
