Bailaora gitana autodidacta, inicia su carrera en tablaos, peñas y en las cuevas sacromontanas de Granada. Su talento la ha llevado a girar por el extranjero, tanto con espectáculos propios como formando parte de diversas compañías. Su visión artística, libre de límites y fronteras, la impulsa a colaborar con artistas de otros géneros, buscando ofrecer una perspectiva única de su arte y cultura.
Con el objetivo de desafiar mitos y estereotipos sobre su identidad como mujer gitana, su baile combina rotundidad y tradición con un mensaje de libertad y fortaleza. Cada performance es un relato expresivo, cargado de argumentos y emoción. Ha complementado su formación con cursos en la Escuela de Flamenco Amor de Dios (Madrid) y en la Escuela Internacional de Flamenco Manolete (Granada).
